La primera sala donde ensayaban los prístinos grupos subterráneos de Trujillo se llamó O-DIOS REKOR (1989 - 1990 - 1991). Era una sala ambientada al final de un garaje en la Urbanización Las Quintanas. Tenía un minicomponente, un par de guitarras acústicas, un micrófono, una parrilla de horno y unas tumbas que hacían las veces de batería. Ahí nació y ensayó el primer grupo que se llamó MHdeP, para luego cambiar sus múltiples membranas hasta transformarse en la que sería la banda más importante de principios de los noventa: SUICIDIO TEMPRANO.
Las bandas que vinieron luego, con una idea más clara de su música, buscaron una sala de ensayo “profesional” para ordenar sus canciones antes de presentarlas en vivo o grabar una maqueta. Es así como llegan a una salita en la Urbanización El Bosque, la cual era propiedad de Fernando Cisneros alías Piolín, una de las personas más entusiasta del rock local y “mundial”. La sala quedaba pasando la puerta principal de un salón de belleza donde los clientes sin darse cuenta eran testigos mudos del germen underground trujillano. A esta sala se la conoce hasta hoy día como la sala Piolín, y en ésta los primeros grupos locales ensayaron aunque sea una vez en su vida. Más tarde, aparecerían las salas de Paúl Sudaka en la Urbanización Recreo; Peter Mozo en la prolongación Unión, donde después de cada ensayo se podía saborear en la casa contigua la mejor cebadita helada del norte; Christopher Douglas ( sala de Douglas Mendoza, integrante de EXTRAÑO DESEO ) en pleno centro de Trujillo; y, finalmente, la de Marco Quispe, MQ STUDIO, la más importante de todas, ya que ahí, aparte de ensayar la mayoría de grupos trujillanos de los noventa, se grabaron tres producciones básicas de nuestra historia musical: La Caja Negra del Corazón de EGO (1997), Cósmico Despertar de EXTRAÑO DESEO (1998) y Esto es lo que somos de los DEMENCIA (1999). Tres clásicos que cierran una etapa evolutiva del rock trujillano. Para chuparse los dedos.
NOTA: Estos tres casetes fueron digitalizadas a CD por la dupla Miguel Donayre y Javier Antonio Sánchez. La sesión de fotos que decoran las portadas e interiores de las producciones mencionadas líneas arriba pertenecen al lente de José Carlos Orrillo, distinguido fotógrafo de nuestra ciudad, de origen limeño.
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